* Por Delia Angélica Ortiz
Siempre que necesitamos gestionar un financiamiento, la pregunta más importante que debemos hacernos es “¿para qué?”. No es lo mismo solicitar un préstamo para iniciar un emprendimiento que solicitar un nuevo crédito para pagar adeudos añejos.
Un error muy frecuente entre los deudores es pedir nuevos créditos para saldar compromisos financieros previos que no han podido liquidar. Es un error porque no se resuelve el problema de fondo que implica tener un buen manejo de las finanzas personales para evitar caer en situación de insolvencia y por tanto de impago.
Si usted ya es moroso y está buscando alternativas para pagar esas deudas, antes de tomar decisiones precipitadas y solicitar nuevos créditos “urgentes” para cubrir los montos mínimos de un compromiso financiero previo, piense que esa decisión podría provocarle un problema mayor.
También podemos necesitar un préstamo urgente ante una emergencia familiar o ante una situación de desempleo. Lo mejor siempre será tomar unos minutos para entender cómo funciona el sistema financiero, así como sus respectivos instrumentos de financiamiento, para poder decidir cuál es la mejor opción para nuestra situación.
¿Quién presta?
Hay varias alternativas para solicitar préstamos y éstas dependen de los bienes o servicios que se quieren adquirir a través de ese financiamiento. Los más comunes son:
- Bancos. El mejor banco para solicitar un crédito es el que ofrece la tasa de interés más baja. También deben considerarse factores como el cobro de comisiones, los plazos otorgados para pagar y saber si no existen condiciones que generen costos adicionales.Tener claridad sobre la situación financiera personal, tanto del nivel de ingresos como de los gastos, es fundamental para poder elegir la opción crediticia que mejor se acomode a nuestras necesidades.
- Crédito vía nómina. Los montos a financiar con un crédito de nómina se calculan en función de la antigüedad en el trabajo y el sueldo. Este tipo de préstamo permite liquidez inmediata, ya que el dinero se recibe en un plazo corto y que son pagos que se descuentan automáticamente, por lo que la posibilidad de retrasarse se reduce significativamente. Las desventajas son que el uso inadecuado del crédito puede llevar a situaciones de sobreendeudamiento. Esto sumado a que las comisiones y los intereses que cobran las instituciones por este tipo de crédito derivan en el encarecimiento del monto solicitado.
- Crédito con Fondo de Garantía. Una tarjeta de crédito garantizada es un instrumento que permite iniciar o reparar tu historial crediticio. Funciona de forma segura para la institución que la emite, ya que primero debes hacer un depósito que será el que establezca tu línea de crédito. De hecho, es un producto diseñado para aquellas personas que apenas empiezan con su vida financiera dentro de las instituciones bancarias, pero también pueden funcionar para aquellas cuyo historial es negativo.
- Crédito con aval. Un aval es aquella persona que responderá por la deuda de otro. Esto significa que ante las autoridades aparecerá como corresponsable del compromiso financiero que alguien más no pueda cumplir. Esto significa que la firma del aval avala con sus propiedades el crédito solicitado para otra persona, incluso corriendo el riesgo de que sean embargadas, en caso de que el moroso vuelva a incumplir con su compromiso.
- Casas de empeño. Otorgan entre 40% y 60% del valor que tiene en el mercado el producto usado que se va a dejar en prenda. Como cualquier otro servicio disponible en el mercado, se puede consultar entre distintas casas cuál ofrece el mejor precio para empeñar. Dado que el objeto queda bajo el resguardo de la casa, en tanto se cubre el monto total del préstamo, se cobra una comisión por “conservación”. En cuanto a los intereses, éstos son más bajos de los que se cobran en una entidad financiera tradicional, además se calculan de acuerdo al monto prestado y al plazo determinado para pagarlo.
- Crédito on line. Algunas compañías ofrecen un monto pequeño a un plazo corto, quizá 15 días, ya que si eres asalariado, quizá solo debes esperar el día de pago para saldar el adeudo. Se trata de préstamos virtuales que te permiten tener liquidez. Como todos los servicios que operan en la red, su principal ventaja es la inmediatez y la rapidez, esto significa que no tienes que trasladarte físicamente a ningún establecimiento. Sin embargo, habrá que ser extremadamente precavido para evitar caer en servicios fraudulentos que puedan provocarte un problema mayor.
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Reparadora de crédito
Si el deudor busca rehabilitarse financieramente y necesita encontrar una solución definitiva a su problema de endeudamiento, quizá es mejor que acuda a una reparadora de crédito que le ayudará a enderezar su camino financiero, en vez de seguir poniendo en riesgo sus finanzas.
Las reparadoras ofrecen una solución real al problema de deuda en tres pasos:
- Plantean el ahorro como una alternativa para cubrir el adeudo y ofrecen asesoría sobre cómo lograrlo.
- Brindan asesoría inmediata sobre cómo manejar las llamadas de cobranza. Esa orientación sobre cómo responder a los acreedores es información de uso inmediato.
- Dan resultados en el corto plazo, pues el plan de ahorro que diseñan para el deudor permite la negociación con los acreedores en tiempos determinados. Si el moroso es disciplinado, logrará la liquidación del adeudo dentro del tiempo que se haya propuesto él mismo.
Los deudores han encontrado en las reparadoras de crédito una solución a sus problemas financieros. Se trata de instituciones que diseñan planes de ahorro a la medida de los ingresos de sus clientes que les permiten hacer abonos a sus adeudos hasta liquidarlos. Esto sumado a que aprender a hacer un buen manejo de nuestros gastos contribuye a rehabilitar a aquellos que quieren ser sujetos de crédito nuevamente.
Hay muchas alternativas para comenzar a generar ahorro de manera saludable. Un asesor te puede explicar los pros y los contras de adquirir un nuevo préstamo, pero también te explicará otras alternativas que quizá no habías visto y que pueden ayudarte a salir de la central sin necesidad de adquirir un nuevo compromiso financiero.